En este sentido, Avianza prevé un sobrecoste de 860 millones de euros en esta legislatura europea, de seguir adelante la entrada en vigor del nuevo reglamento europeo en materia de transporte de animales vivos, ya que supondría una inversión inmediata de 361 millones de euros y otros 125 millones de euros anuales.
A juicio de Avianza, la iniciativa supuestamente busca el impulso del bienestar animal, pero ni lo mejora ni supone un beneficio en materia de sostenibilidad, con un impacto negativo en ambos campos, especialmente para España.
Este análisis, que ha sido trasladado tanto a la Comisión Europea como al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, detalla “las implicaciones desastrosas tanto para los consumidores, como el medioambiente de esta normativa, en contra de lo que dice pretender, y supone en la práctica la posible desaparición de miles de granjas y empresas productoras del sector de carne avícola en nuestro país, dadas las consecuencias sobre la viabilidad, la competitividad y las restricciones de las nuevas regulaciones propuestas”.
Asimismo, añade la interprofesional, el reglamento pretende imponer un rediseño de los contenedores de transporte, incrementando su altura, así como regular la densidad en cada uno de ellos. Además, se incrementaría el consumo de insumos, como combustible, desgaste de vehículos y horas extras de transportistas. Igualmente, implicaría la adaptación de sistemas mecánicos de infraestructuras de las instalaciones de procesamiento, tiempos de espera, etc. En este sentido, el “Informe sobre el Impacto sobre el sector de carne avícola de la propuesta de Reglamento relativo a la protección de los animales durante el transporte y las operaciones conexas”, señala que la medida supone reducir un 43% la capacidad de carga por camión, incrementar un 65% el número de viajes necesarios (más de 15 millones de kilómetros adicionales), y generar un 222% más de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para Avianza, los cambios en la normativa pretenden dar solución a un “problema inexistente”, dado que las bajas en el transporte avícola en España ya son de por sí extremadamente bajas, con una media del 0.3%. Esta cifra -apunta- indica que el actual reglamento ya garantiza un alto nivel de bienestar animal durante el transporte.
De hecho, la interprofesional señala que, contrariamente a lo que se pretende, las nuevas regulaciones podrían perjudicar el bienestar animal. El mayor espacio entre animales durante el transporte podría aumentar el riesgo de lesiones y fracturas, sin aportar beneficios significativos en términos de bienestar animal. Transportar a los animales con menores densidades equivaldría a generar huecos muy peligrosos en caso de frenadas, así como la normativa en materia de altura, que podría provocar caídas de animales levantados y rotura de extremidades.
Avianza reitera su compromiso con el bienestar animal, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria. Sin embargo, insta a que cualquier nueva regulación se base en datos concretos y un análisis riguroso del impacto real en el sector y en los consumidores.